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The Jayhawks: crónica y fotos


Con la del pasado sábado ya han sido siete veces las que he visto a The Jayhawks en directo, a las que hay que unir las veces que he visto a Gary Louris en solitario, a Mark Olson y a la banda paralela Golden Smog -venga, añadimos también a Kraig Jarret Johnson en solitario- con lo que son la banda internacional que más veces he visto en directo. Hecha esta confesión, añadir que The Jayhawks están entre mis diez bandas favoritas de todos los tiempos y que sus discos, algunos de ellos en varios formatos y ediciones, me han acompañado a lo largo de los años solo sirve para redondear esta intro que no pretende ser otra cosa que una disculpa previa para advertir a los lectores de que lo que leerán a continuación no va a ser para nada objetivo. Tampoco podría serlo.

Con este planteamiento previo decidimos que ibamos a disfrutar, a plantear la jornada como algo para recordar, como esos encuentros con viejos amigos que sirven de excusa para quemar la ciudad, en esta ocasión a base de rock repleto de melodía pop e influencia country y folk que practican The Jayhawks.

Enmarcados en una de las WOP Special Nights que nos estan regalando veladas antológicas, se presentaba la banda ante un Kafe Antzokia hasta la bandera y expectante ante lo que iban a ver en el escenario. Sabíamos que se iban a centrar en sus discos post Olson pero la incognita de ver que temas rescatarían, si habría covers u otras sorpresas, servía de aliciente para afrontar esta ocasión como si fuera una primera vez; y en cierta forma lo era,pues la banda que se nos presentaba (Karen Grotberg, Tim O’Reagan, Marc Perlman, Gary Louris y Kraig Johnson, junto con un multiinstrumentista que se encargó de mandolina y violín), junto con un repertorio novedoso distaba de la banda que pudimos ver la última vez que nos visitaron. Oficiaron como teloneros el grupo Laredo al que ya pudimos ver teloneando a The Dream Syndicate y comprobamos que han evolucionando ganando en intensidad lírica a costa de perder punch sónico, salvo en el último tramo del pase en el que arrancaron las guitarras. A juzgar por la reacción del público parecieron gustar, aunque para nosotros continuan siendo una incognita que quizás el tiempo se encargue de resolver.


Solo ver aparecer a la banda en el escenario con un Louris vacilón que entró a escena bailoteando ya preveía que la velada iba a ser mágica y la primera canción que tocaron, “I'm Gonna Make You Love Me”, no sirvió más que para ratificarlo, con toda la sala acompañando el infeccioso estribillo. La segunda canción, el sorprendente “Ain't No End”, tema recuperado de sus primeros trabajos, con Tim y Gary turnandose a las voces sirvió de contraste entre dos temas conocidos, el primero del set y “Stumbling Through the Dark” canción que valió de excusa para divertirse cantando el tema a grito pelado y bailar alzando los brazos, actitud que mantuvimos a lo largo de todo el concierto. “Big Star”, contundente y coreada por la gente seguida de una inesperada “Nothing Left To Borrow” fueron los siguientes temas del set a los que siguieron “Somewhere in Ohio”, un divertido “Save It For A Rainy Day” que contrastó con el dramatismo de “The Man Who Loved Life”. A estas alturas del pase en el turno de “Tampa To Tulsa” interpretada por Tim demuestra que la elección de las canciones y de su orden ha sido muy acertada alternado los temas de forma perfecta.

Waiting for the Sun”, “Smile”, “Settled Down Like Rain” y un delicado “Trouble” corroboran lo dicho. Un set list apasionante refrendado por una banda que demuestra que está disfrutando en el escenario y haciendo disfrutar al público, recogiendo el feedback que le llega desde la platea para transformarlo en pasión por la música. Pasión que se plasma en el último tramo del concierto con la banda desatada dandolo todo en un tremendo “Angelyne”, al que le sigue un celebrado “Blue”, “Until You Came Along”, tema recuperado de los reivindicables Golden Smog para terminar con un impresionante “I'd Run Away”.

Comenzaron los bises con un delicado “All The Right Reasons”, susurrada al oido de una afortunada rubia, para terminar en pleno despiporre instrumental con un brutal “Bad Time” acabando Gary Louris tocando entre las primeras filas. Un perfecto “Tailspin” es el tema escogido para terminar el concierto.


Revisando el setlist comprobamos el tema elegido para acabar era “Real Light”, una pena que se quedara en el tintero. Un concierto tremendo, emocionante con una banda rejuvenecida recuperando la pasión y contagiandolo a un público que lo disfrutó de lo lindo y que espera con muchas ganas un nuevo trabajo de la banda, que, según nos confesó Gary Louris en la entrevista que pudimos realizar a principio de la semana pasada, no tardará en llegar.


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