top of page

Azkena Rock Festival: crónica del viernes


Un año más, y ya van trece, acudimos fieles a nuestra cita con con el Azkena Rock Festival en Mendizabala. Y comenzamos nuestro periplo rockero a una hora inesperadamente temprana pues no queríamos perdernos el pase de los bilbaínos Highlights, un grupo a tener muy en cuenta gracias a su hard-rock clásico de inspiración setentera. Llegamos en la recta final del concierto pero aun así pudimos disfrutar de un par de contundentes temas, una versión de U.F.O. uno de ellos. La primera sorpresa que el festival nos reservaba fue la supresión de la carpa y a juzgar por el sonido del escenario, parecía un acierto. No así nos pareció la eliminación de la comunicación entre el escenario grande y el tercer escenario y que pudimos apreciar al acercarnos al concierto de los gallegos Mad Martin Trio, ganadores del Azkena Rock Party en Madrid, lo que les dió el acceso a tocar en el ARF de la presente edición. Rockabilly efectivo y directo. Un perfecto entrante para la jornada del viernes.

Sven Hammond, nos esperaba en el escenario principal, BB King Stage, y tercera sorpresa: ¿las barras del lateral derecho?, ¿la torre de sonido y zona VIP?, ¿los baños? Nos costó situarnos y encontrar la zona de baños y descubrir que solo había dos barras centrales. Situados, nos preparamos para disfrutar del concierto, que empezó contundente, sin sección de metales y discurrió funky y festivo merced al empuje del cantante (Ivan Peroti) de voz poderosa y la retahila de sonidos y efectos que salían del set de Sven.

Teníamos muchas ganas de ver a los Dubrovniks, una de esas bandas que Last Tour se encarga de resucitar para gozo y disfrute de todos aquellos que en su día no pudimos hacerlo, en este caso una banda australiana a medio camino entre el rock high energy de Hoodoo Gurus y el hard-rock de The Cult. Bien situados y con el sol zumbandonos en la nuca vimos aparecer a la banda, tres guitarras, bajo, batería y dos coristas, a los que juro por lo más sagrado que no oí hacer coros en todo el concierto y pese a los recelos presentes en este tipo de reuniones la cosa empezó bien. "Audio Sonic Love Affair" sonó a gloria y los primeros coros y botes surgieron espontaneamente, pero a partir de ahí los problemas de sonido lastraron el show, las guitarras sonaban muy bajas y la elección de temas tampoco ayudó."Holy Town" bajó el ritmo y "French Revolution" por ejemplo, con esas guitarras tan "Electric" en su vesión de estudio, en directo sonó descafeinada. Una pena y aunque la parte final del pase mejoró, la sensación de oportunidad perdida no nos la quitamos.

Como suele ocurrir en los festivales la desproporción entre el escenario y el grupo que lo ocupa puede deslucir un buen concierto y eso es lo que le sucedió a J.D. McPherson. Sus dos trabajos nos gustan mucho y pese a las críticas de impostura que los puristas vierten contra del de Tulsa, Oklahoma, su concierto era de los que más nos apetecía ver esa tarde. En formato quinteto y con delicada estética fifties, apenas ocupando la parte delantera del "tablao" empezaron tal y como si lo estuvieran haciendo en una humeante sala, lo que unido a un (de nuevo) deficiente sonido, supuso un handicap que no pudieron superar. Aun así me gustó el pase, con ejercicios rítmicos a lo Bo Diddley, números de blues palúdico que recordaron a los multiplatino Black Keys, rock n´roll tipo Gene Vincent o baladas rithmanbluseras como "Precious" y que terminó por todo lo alto con sus dos temas más conocidos: "Let The Good Times Roll" y "North Side Gal". Lo dicho, en sala hubiera sido un conciertazo, en el festival no pasó de un buen concierto.

Si tuvieramos que hacer una lista de mejores conciertos vividos, sin duda el que presenciamos de D-Generation en el Turborock santanderino allá por 2011, estaría en la parte alta. Fue un concierto intenso, emocionante, peligroso, excitante. Todo lo que esperabamos de la banda lo tuvimos aquella noche y pese a que intuíamos que lo que vimos entonces sería irrepetible esperabamos con impaciencia el concierto de los newyorkinos en el Azkena Rock Festival. Empezaron Jesse Malin y los suyos, con "Queens of A", un tema nuevo al que siguió el punky "Degenerated" y "Feel Like Suicide", tema rescatado de su primer disco. Siguieron con "Helpless" para pasar al brutal "She Stands There". Metidos en el show y con la banda perfectamente engrasada incluyeron varios temas nuevos que, pese a que sonaban a gloria, condicionaron el concierto pues entre tema y tema conocido, "Capital Offender" o “Waiting for the next big parade", colaron un tema de un disco que según informaron estaban a punto de publicar. Aun así solo ver a un Malin hiperactivo saltando de parte a parte del escenario, salpicando de vino a las primeras filas, desgañitandose como un poseso y completamente compenetrado con el resto de los componentes de la banda mereció la pena. De los mejores shows del día que se cerró de lujo con el tremendo "No way out". Esperamos con impaciencia una gira por salas con el nuevo disco ya asimilado.

El siguiente grupo en ocupar el escenario principal, Television, contrastaba con D-Generation, tanto por estetica, actitud y sonido, pero no en calidad pues ambos grupos además de ser de New York, son buenísimos. Además contabamos con el aliciente de que Television iban a interpretar integramente su mítico "Marquee Moon". Me encanta el disco en cuestión así que ocupamos las primeras filas mientras entonabamos el estribillo del primer tema "See No Evil" y ya desde el comienzo dejaron claro que no iban a tocar en orden pues lo alteraron en el segundo tema, así que no nos sorprendió que el tremendo "Marquee Moon", la canción, no sonara en cuarto lugar. No importaba el pase estaba siendo hipnótico con los cuatro músicos compenetrados y concentrados en su labor extrayendo de sus instrumentos los mil y un detalles que se aprecian en el disco, los rasgueos percusivos de "Elevation" con los solos de guitarra alternados, el sonido embriagador de "Prove It", la cadencia jazzistica del batería Billy Ficca o el in crescendo de "Guiding Light". Se reservaron para el final el tema homónimo que sirvió de colofón para un concierto perfecto en su ejecución pero quizás algo frío y que parece solo interesó a los seguidores de la banda, entre los que se encontraban varios integrantres de bandas locales. Aun así, como digo, a mi me pareció un gran concierto que sirve una vez más para reivindicar un disco que se mantiene a pesar del tiempo transcurido tan actual y novedoso, además de influyente, como en el día que se editó.

De los solapes poco hay que hablar, hay que aceptarlos y punto, pero no deja de fastidiarnos tener que optar entre un grupo u otro a la hora de elegir concierto y en determinadas ocasiones la elección es dolorosa: ¿Black Mountain? o ¿Lee Bains III & The Glory Fires? Optamos por el segundo siguiendo las loas y los parabienes que le habían brindado desde nuestro blog amigo RioRojo. Y no nos equivocamos. Menudo torbellino de "rock n´roll attitude" nos encontramos, tremendo. Definidos por un amigo como "los Replacements haciendo versiones de Springsteen" nos sacudieron con insultante juventud a base de guitarrazos y contundencia rítmica en un pase excitante, perfecto para un festival, al que ni el caótico final, en el que recordaron a otros que en su día también triunfaron en Mendizabala, Marah, resta nada. Al contrario aumenta la sensación de que lo visto fue real, cierto, sincero.

El comienzo del concierto de los cabezas de cartel ZZ Top, fue a cargo del arrollador "Got Me Under Pressure"/"Waitin for the Bus" alcanzando el final de "Jesus just Left Chicago". El sonido, de nuevo, era bajo y el espectáculo escénico paupérrimo, un par de pantallas de video que reproducían imagenes de video clips y que solo se apreciaban desde la parte de atras -este año los montajes escénicos han brillado por su ausencia- pero el hecho de tener a unas leyendas en escena compensaba esas carencias. Extrañamente anclados en el tiempo, parapetados tras su reconocible y particular forma de vestir, barbas pobladas y sombreros de cowboy es difícil calcular la edad de Frank Beard, Dusty Hill y Billy Gibbons, un trío que ejecuta un cuidado repertorio con una facilidad pasmosa y una fidelidad al original difícil de conseguir, tal y como ya demostraron en su anterior visita a tierras vascas en el BBK Live del año 2008. Temas de sus años multiplatino en los lejanos ochenta como "Gimme All Your Lovin'" o "Sharp Dressed Man" alternados con temas mas recientes, que curiosamente funcionan mejor en directo que en disco, como "I Gotsta Get Paid" o clásicos de su discografía como "Cheap Sunglasses", "Wishkey´n Mama" o "I'm Bad, I'm Nationwide" a los que se unieron dos versiones "Foxy Lady" de The Jimi Hendrix Experience, algo descafeinada para mi gusto, y el clásico del blues "Catfish Blues" cantado por el bajista y todo ello acompañado de trucos escénicos como bailes coreografiados, destrezas guitarreras, choque complice de puños, esas guitarra/bajo de piel de cabra en "Legs", por cierto preciosa la Telecaster decapada en rojo de Gibbons, o mostrar la palabra "beer" al final de un tema escrito en la parte de atras de la guitarra. Trucos que sirven para animar un conciertazo. Terminó el pase blusero con dos superclásicos: "La Grange" y "Tush", dos pildorazos que se reservaron para los bises y que rubricaron un concierto muy bueno al que no le hubiera venido mal algo más de volumen.

Y de unos clásicos pasamos a otras, ya que las L7 estaban preparadas para poner el escenario dos, Bobby Keys Stage, patas arriba a base de guitarrazos y entrecortados riffs. Como suele ocurrir, la desbandada tras el cabeza de cartel suele ser general por lo que pudimos coger buen sitio en las primeras filas y arriesgarnos a poguear como quinceañeros. La ocasión lo merecía aunque al final apenas hubo amagos de pogo y pudimos tener una visión inmejorable de las L7, que en el caso de Donita Sparks nos sorprendió gratamente. Comenzaron aguerridas y punkys con "Deathwish" y desde ahi hasta el final, trallazo tras trallazo, ya fuera monolítico hardcore como "Monster" o "Slide" o contundente punk en "Freak Magnet" o "One More Thing", que convencieron al público que se lo estaba pasando en grande. "Shitlist" sirvió para terminar la primera parte del concierto que continuó en los bises igual de potente con su hit "Pretend We're Dead" momento en que se desató un tímido pogo. De lo mejor del día, sin duda.

Tras curiosear un rato entre cubetas del vinilos y desoyendo los cantos de sirena que regados de cerveza nos llegaban desde las carpas emprendimos la siempre tortuosa vuelta al hotel. El sábado nos esperaba.


bottom of page